La región macaronésica agrupa los archipiélagos de Azores, Madeira, Cabo Verde y Canarias. Todas son de origen volcánico, disfrutan de un clima suave y son el entorno ideal para una variedad muy rica de especies, muchas de las cuales tienen carácter endémico. De los cuatro archipiélagos, el de las Islas Canarias es el más grande y el más oriental, situado a tan solo 115 kilómetros del continente africano. El archipiélago consta de siete islas principales y varios islotes, con una edad máxima de las rocas emergidas más antiguas de 20 millones de años.
Desde el punto de vista
biológico, las islas Canarias son las de mayor biodiversidad de la región
macaronésica. La acción alterna de los vientos occidentales, frescos y húmedos
con los secos y calurosos procedentes del Sahara crea una gran cantidad de
contrastes que quedan reflejados en el gran número de hábitats existentes.
Estas condiciones ambientales únicas convierten a estas islas en lugar de
extraordinaria importancia para las aves. Se han censado casi 90 especies
nidificantes entre las que se incluyen algunas únicas en el mundo como el
pinzón azul (Fringilla teydea), la paloma turqué (Columba bollii), la paloma rabiche (Columba junoniae) o la tarabilla canaria (Saxicola dacotiae).
Además, el archipiélago es utilizado en paso o como zona de invernada por
numerosas especies migratorias.
Aunque existen diversas hipótesis sobre su origen y evolución volcánica, se acepta que ninguna de las
Islas Canarias ha estado nunca conectada con el continente africano. En
consecuencia, todas las especies nativas son el resultado de
eventos de dispersión a larga distancia desde los continentes europeo y
africano o de los archipiélagos vecinos.
Islas Canarias |
Las islas, en general, son
modelos ideales para estudiar los procesos de diferenciación y especiación de
las poblaciones, ya que cada evento de colonización puede considerarse un
episodio evolutivo único. Los individuos que colonizan una nueva isla son un
subconjunto de las aves del continente cercano o de las islas vecinas. Se admite
que estas poblaciones fundadoras presentan una menor diversidad genética que
sus homólogas continentales. Este hecho compromete su capacidad para afrontar
futuros cambios en el entorno hasta el punto de poner en riesgo la viabilidad
futura como especie. Pero, por otro lado, el bajo tamaño efectivo de estas
poblaciones puede aumentar la tasa de evolución y promover una rápida
divergencia morfológica y genética tras el establecimiento de los colonos. Si
la colonización es exitosa, los niveles bajos de diversidad genética pueden
recuperarse mediante la inmigración de poblaciones vecinas o por procesos puntuales
de mutación génica.
Los procesos de
especiación insular en las aves constan de varias etapas. Primero tiene lugar
la llegada de aves pioneras a la isla de destino. En un segundo momento, los
individuos colonizadores ocupan nuevos territorios en los que buscan aquellos
recursos que garanticen su supervivencia. En esta fase, puede establecerse una
dura competencia con otras especies hasta que se consolida y se estabiliza su
nuevo nicho ecológico.
Pero hoy no vamos a hablar de
avifauna gigante sino de un pajarillo
que pesa apenas 10 gramos, mide algo menos que un jilguero y vive en estas
islas aunque guarda una estrecha relación con otros congéneres de África: el
herrerillo canario (Cyanistes teneriffae).
Esta especie muestra el mayor nivel de diferenciación de todas las especies de
aves que se reproducen en las Islas Canarias.
Modificado de Unraveling the complex evolutionary history of the Canary Islands blue tits. Juan Carlos Illera. Ilustración original de Martí Franch |
Se han propuesto varios modelos de colonización de las Islas Canarias por los herrerillos. Los estudios más recientes coinciden en que hubo tres episodios de colonización desde el continente africano, sin viaje de vuelta desde allí. Se han descrito cuatro subespecies, todas endémicas de las islas. Se diferencian en la talla corporal, la longitud del ala, el tamaño del pico, la coloración del dorso y de las partes inferiores, y la estructura del canto.
En la segunda oleada, un nuevo
grupo africano coloniza de nuevo Canarias, se cree que en todas las islas
excepto La Palma. Hoy está representado por dos subespecies, teneriffae en Tenerife, la Gomera y Gran
Canaria, y ombriosus, en la isla de
Hierro. Algunos autores consideran una 5ª subespecie (hedwigae) que sería la que ha colonizado Gran Canaria.
La más reciente conformó la población de las islas orientales hace menos de 300.000 años. Se colonizaron las islas orientales, Fuerteventura y Lanzarote por la subespecie degener.
En la mitología griega, las Islas
Afortunadas eran el lugar donde las almas inmortales de las personas virtuosas
y los guerreros heroicos gozaban de un merecido reposo después de su muerte. Un
lugar sagrado donde la existencia era eternamente dichosa y feliz. Estas Islas
paradisíacas fueron ubicadas al oeste, más allá de las columnas de Hércules.
Posiblemente la idea de asociar al archipiélago canario con las Islas
Afortunadas se estableció después de su descubrimiento. Los distintos pueblos
colonizadores se encontraron un lugar único donde el clima era benigno y toda
la tierra era cultivable. A otra escala biológica, apreciaron la nueva tierra
conquistada con la misma admiración que, cientos de miles de años atrás,
tuvieron nuestros humildes herrerillos afrocanarios. Otra cosa es que puedan disfrutar
de un futuro eterno.
José Antonio López Isarría