21 junio 2017

El canto de las aves y la música

Un estudio elaborado por investigadores del Instituto Max Planck de Ornitología en Seewiesen (Alemania) y de la Facultad de Artes de Cornish en Seattle (EE UU) indagó sobre el deleite por la música en los seres humanos buscando las raíces en los sonidos de los animales. Investigaron el canto de una especie de la familia Troglodytidae, nativa del bosque húmedo del Amazonas: el uirapuru cucarachero musical (Cyphorhinus arada)Los autores del estudio, la musicóloga Emily Doolittle y el ornitólogo Henrik Brumm, querían saber por qué este canto resulta tan musical a nuestros oídos.

Uirapuru  (Cyphorhinus arada)




Descubrieron que el uirapuru utiliza intervalos consonantes, es decir, aquellos que transmiten sensación de calma, que cualquier compositor emplea si pretende que su música sea agradable al oído humano. Y lo más sorprendente de su estudio es que un patrón de su canto está presente en el segundo movimiento de la Sinfonía nº 103 del gran compositor austriaco Joseph Haydn.

Escuchemos primero el melodioso canto del uirapuru y a continuación un fragmento escogido de la sinfonía de Haydn:


No obstante, el propio Brumm advierte que aunque los trinos de muchas aves puedan resultarnos placenteros, esto no implica que estén construidos como la música que componen los seres humanos. Las 4.000 especies de aves canoras tienen su modo singular de cantar, no siempre de forma muy musical. 

Lo que es innegable es que algunos compositores han llegado a sentir una inspiración tan intensa en los cantos de las aves que los han incorporado a sus obras musicales. Tenemos decenas de ejemplos de autores que plasmaron en sus obras estos sonidos propios de la naturaleza: Vivaldi, Beethoven, Haendel, Schubert, Stravinsky, Sibelius, Messiaen, Vaughan Williams, Saint-Saëns, Prokofiev, además del ya citado Haydn.

A mi juicio, la obra que mejor integra el canto de las aves en la música clásica es una composición del finlandés Einojuhani RautavaaraSu obra Cantus Arcticus, también conocida Concierto para pájaros y orquesta, fue encargada en 1972 por la Universidad de Oulu para la celebración de su primera ceremonia de graduación. Aunque le habían solicitado una cantata, Rautavaara decidió que era el momento de dejar de lado las tradiciones académicas y realizó un trabajo de tipo experimental, recorriendo las zonas pantanosas del norte de su país con una grabadora. Una vez obtenido el sonido directo, casi sin postproducción, lo integró en su composición orquestal con el ánimo de generar el ambiente natural en el que cohabitan los cantos de los pájaros y los sonidos del bosque. 

Escuchemos un fragmento de este concierto

 

A continuación veremos dos ejemplos en los que se aprecia muy bien la conexión entre el canto de un pájaro y su representación musical. El primero corresponde al músico (y también ornitólogo) Oliver MessiaenInició su afición por la ornitología cumplida ya la treintena de años y llegó a dominar las secuencias de canto de centenares de especies gracias a su oído prodigioso y a su memoria excepcional. En sus excursiones escuchaba con suma atención los cantos de los pájaros y posteriormente los transcribía a sus cuadernos de apuntes musicales para luego usarlos en sus creaciones. En 1952 compuso un concierto para flauta y piano, llamado Le merle noir, basado en el canto del Mirlo común. 

Escuchemos el canto del mirlo y un fragmento de este concierto



El segundo ejemplo corresponde a un delicioso concierto que compuso Antonio Vivaldi para flauta y cuerda denominado il gardellino (voz en dialecto veneciano del término il cardellino, nombre que recibe el jilguero en italiano). Se dice que fue definido por Einstein como "una gran aria en forma concertante". La flauta solista imita el canto del Jilguero en transiciones rápido-lento-rápido, tan queridas por el maestro veneciano.

Escuchemos el canto del jilguero y un fragmento de este concierto



Dejamos para el final otra forma de representar no sólo el canto sino también el vuelo de los pájaros. Las alondras comunes tienen una gran capacidad de maniobra en el aire, con cernidos prolongados, elevaciones y descensos rápidos, sin dejar de cantar en ningún momento. Estos vuelos de canto aéreo se reconocen también en otras especies de áreas abiertas como los bisbitas, los zorzales, los pinzones y los escribanos. Una de las obras más conocidas del compositor Vaughan Williams, The lark ascending ("La alondra remonta el vuelo") está basada en un poema de George MeredithWilliams pasó muchos años recopilando canciones del folclore inglés, y el tono pastoral de esta composición parece haber recibido su influencia. Este homenaje lírico a la campiña inglesa se ha convertido en la obra clásica favorita de los británicos.

Escuchemos el canto de la alondra y un fragmento de este concierto


José Antonio López Isarría