El cartel que abre nuestro
artículo de hoy data de 1956 y fue usado como recurso promocional en la campaña
"Cuatro plagas" de Mao Zedong para erradicar gorriones. Esta
conocida historia nos muestra las consecuencias inesperadas que supone alterar
el equilibrio natural de los ecosistemas. El experimento terminó en una gran
hambruna que se llevó por delante la vida de 30 millones de chinos.
La sensibilidad del presidente
chino por los animales era manifiestamente mejorable. En palabras del
historiador holandés Frank Dikötter, el líder revolucionario veía la
naturaleza como un enemigo al que había que derrotar, una entidad
fundamentalmente separada del ser humano a la que había que subyugar y
transformar por medio de la movilización de masas.
En este contexto social y
político, los científicos chinos habían calculado que cada gorrión consumía 4,5
kg de grano al año, y que por cada millón de gorriones muertos habría comida
para 60.000 personas. Con estos datos en la mente de la dirigencia del país, se
ordenó el exterminio de los gorriones, una decisión de funestas consecuencias
que finalmente derivó en una catástrofe humanitaria.
Gorrión molinero |
El gorrión molinero, uno de los protagonistas de esta historia, es un ave de pequeño tamaño con aspecto similar a otros gorriones aunque algo menor y más rechoncho. A diferencia del gorrión común, es eminentemente rural y rehúye adentrarse en el interior de las poblaciones. Es una especie omnívora. Aunque en invierno su dieta básica se compone de semillas de plantas silvestres, en primavera se complementa con el consumo de pequeños invertebrados (pulgones y escarabajos). En este aspecto sigue el patrón alimenticio típico de las aves granívoras, consume semillas durante el período invernal y añade proteína de origen animal en época reproductora. La dieta de los pollos cambia a medida que avanza el período reproductor. Al principio, los padres ceban a las crías con larvas de lepidópteros pero, al llegar el verano, saltamontes y gran variedad de insectos (dípteros, coleópteros, himenópteros) sustituyen a las orugas como fuente de alimento para la prole.
Agrupación invernal de gorriones molineros |
Respecto a la otra protagonista
de este drama, la langosta terrestre, es la fase de enjambre de ciertas
especies de saltamontes caelíferos,
dotados de antenas cortas y dieta herbívora. Estos insectos suelen ser
solitarios, pero en ciertas circunstancias cambian su comportamiento y se
convierten en gregarios. Los zoólogos no hacen distinción taxonómica entre las
especies de langostas y saltamontes. La diferencia estriba en si una especie
forma enjambres bajo las condiciones adecuadas, de modo que el término “langosta”
se reserva para las especies de saltamontes que cambian morfológica y
conductualmente con el hacinamiento hasta formar grandes agrupaciones que se
desarrollan a partir de bandas de etapas inmaduras.
Fases 'solitaria' y 'gregaria' de la langosta terrestre |
La historia del exterminio de la “cuatro plagas” además de una lección de ecología práctica también nos enseña que las aves y las langostas, como todos los seres vivos, son sistemas dinámicos ya que experimentan variaciones con el tiempo. Algunas de estas variaciones ocurren de forma regular y periódica (ver artículo de ciclos circadianos).
En caso contrario, cuando la dinámica es aperiódica, los cambios son impredecibles. En ocasiones, estos sistemas son muy sensibles a cualquier variación en las condiciones iniciales. De hecho, por muy leves que sean pueden implicar grandes diferencias en el comportamiento futuro, complicando la predicción a largo plazo. Ejemplos de tales sistemas incluyen el clima terrestre, el sistema solar, los fluidos en régimen turbulento y el crecimiento de las poblaciones. Teoría del caos es la denominación popular de la rama de las matemáticas, la física y otras ciencias que se interesan por estos sistemas dinámicos.
La teoría del caos fue introducida en ecología por Robert May. Este científico australiano
buscaba también un modelo demográfico que explicase cómo se transformaba una
población cuyo crecimiento debía tener en cuenta la cantidad máxima posible de
individuos. Con una ecuación logró explicar el comportamiento caótico y
aparentemente azaroso que ocurre en estas situaciones. Se trataba de una de las
primeras aplicaciones de la teoría del
caos a la biología.
La campaña "Cuatro Plagas" de Mao fue también, muy a su pesar, caótica en el sentido físico-biológico.
Las consecuencias, lejos de ser predecibles y orientadas a un fin, resultaron
catastróficas. La naturaleza se rige por normas que no siempre conocemos y
muchas veces despreciamos. Conviene ser
respetuoso y prudente con ella.
José Antonio López Isarría