19 septiembre 2020

Cangrejos, piratas y canarios

No conozco un ejemplo mejor para explicar la “selección artificial” que el de los cangrejos Heike descrito por el gran divulgador Carl Sagan en su conocida  obra Cosmos. Una leyenda muy arraigada entre pescadores japoneses cuenta que los soldados samurái del clan Heike, derrotados hace ocho siglos y medio por los Genji en una gran batalla naval, se pasean todavía por los fondos marinos transformados en cangrejos. En el dorso de sus caparazones se dibujan formas e indentaciones que se asemejan de modo asombroso al rostro de un samurái enfadado. 

 Cangrejo Heike (Heikeopsis japonica)

Cuando en las redes de pesca aparece un cangrejo Heike (Heikeopsis japonica) es devuelto al mar para rendir homenaje a aquellos valerosos guerreros que murieron en combate. Las formas en los caparazones de los cangrejos son heredadas, pero como ocurre entre las personas, hay mucha variabilidad individual, muchas líneas hereditarias distintas. Entre los antepasados lejanos de esta especie pudo surgir casualmente uno con una forma que se asemejaba  a un rostro humano y, por ese motivo, pudo ser indultado por pescadores que tuvieron algún tipo de escrúpulo para comerlos. Con el tiempo, una mezcla de superstición y rito “moldeó” el rostro de un samurái.

La selección artificial es una técnica de control reproductivo mediante la cual los seres humanos podemos seleccionar los fenotipos (los rasgos observables de un individuo, tales como la altura, el color de ojos o el grupo sanguíneo) de organismos vivos. Esta técnica usa las características hereditarias de los organismos aumentando la frecuencia con la que aparecen ciertas variaciones genéticas en las siguientes generaciones. Esto produce una “evolución dirigida” en la medida en que las preferencias humanas determinan qué rasgos serán transmismitidos a la siguiente generación. Este proceso, llevado a cabo a lo largo de varias generaciones, consigue la aparición de variedades con fines agrícolas, ganaderos o avicultores.

Según el tipo de planificación empleado, existen dos tipos de selección artificial: consciente, si el plan de selección está determinado claramente de antemano, e inconsciente, si dicho plan no está predeterminado sino que surge por preferencias humanas no formalizadas. Desde hace más de 10.000 años, agricultores y pastores han aplicado ambos tipos de selección, manipulado la estructura genética plantas y animales. Los agricultores manejaron durante milenios el proceso de domesticación a través de innumerables ciclos de selección de los individuos mejor adaptados. Esta explotación dirigida de la diversidad natural en los organismos biológicos ha proporcionado los cultivos y animales domésticos que existen en la actualidad, muy diferentes de sus antepasados lejanos. Las nuevas plantas creadas por selección artificial nos han ofrecido numerosas ventajas, mejores frutos, un mayor crecimiento, una mayor resistencia a enfermedades. Además, también hemos trasladado especies vegetales de unos lugares a otros, exponiéndolas a condiciones ambientales nuevas y forzando nuevas respuestas adaptativas.

Charles Darwin, en su gran tratado sobre el origen de las especies, dedicó un capítulo entero a las razas de las palomas domésticas. Se hizo con todas las variedades que pudo comprar y consiguió plumajes de especies procedentes de diversas regiones del mundo, especialmente de la India. Así describe la asombrosa diversidad de alguna de sus razas:

Paloma carrier (izquierda) y tumbler (derecha)

(…) “compárense la paloma carrier o mensajera inglesa y la volteadora o tumbler de cara corta, y véase la portentosa diferencia en sus picos que imponen las diferencias correspondientes en los cráneos. (…) La paloma turbit tiene un pico corto y cónico, con una fila de plumas vuelta debajo del pecho, con una marcada costumbre de distender ligeramente la parte superior del esófago. La capuchina tiene detrás del cuello las plumas tan vueltas que forman una capucha, y, relativamente a su tamaño, tiene largas las plumas de las alas y de la cola.”

Paloma capuchina (izquierda) y turbit (derecha)

Darwin afirmaba que si enseñáramos a un ornitólogo una veintena de variedades de palomas y le dijéramos que eran aves salvajes, las clasificaría como especies distintas, ignorando, quizá, que todas descienden de un ancestro común, la paloma silvestre (Columba livia).

Pero con ser sorprendente la variedad de razas en las palomas aún es mayor, si cabe, lo que vemos en el mundo de la canaricultura. El canario silvestre o serín canario (Serinus canaria) es un paseriforme de la familia de los fringílidos. Es autóctono de las islas Canarias, Azores y Madeira, y ha sido introducido en otras partes del mundo (Bermudas, Hawaii y Puerto Rico). Su pariente más cercano es verdecillo europeo (Serinus serinus). Las estrechas relaciones genéticas con sus congéneres del continente africano llevan a pensar que el origen de todos los canarios habría que buscarlo en ciertas especies que viven en África del Sur.

Habita en cultivos con arbolado y márgenes de zonas boscosas. Se le puede ver desde cotas bajas en zonas costeras hasta áreas de matorral de alta montaña, a más de 2.000 m de altitud, aunque en este último hábitat es muy probable que no críe.

Serín canario (Serinus canaria), el antecesor de todas las razas de canario doméstico

¿Cómo un pequeño pájaro nativo de un puñado de islas atlánticas pudo convertirse en el ave de compañía más popular del mundo? Un pirata normando, llamado Jean de Bethencourt, durante la ocupación de Lanzarote y Fuerteventura en 1402, observó que los aborígenes insulares encerraban pájaros en jaulas para estar acompañados con su canto. Se cree que fue este explorador quien exportó los primeros canarios, primero a Juan II de Castilla, padre de Isabel la Católica, y luego a  Isabel de Baviera-Ingolstadt, mujer del rey Carlos VI de Francia. Estos monarcas estarían pues entre los primeros europeos poseedores de canarios silvestres. En adelante, y durante el siglo XV, el canario se convirtió en ave de lujo en las cortes europeas y se puso de moda su cría entre la aristocracia. Tal fue su creciente éxito comercial que a lo largo del siguiente siglo se extendió en las islas la caza y exportación sistemática. 

Jean de Béthencourt  (1362-1425), explorador, comerciante y pirata francés

Entre los cazadores isleños especialistas y los navegantes holandeses y españoles se estableció un próspero comercio y se iniciaron las rutas distribución de los canarios cantores por toda Europa. A finales del siglo XVI, las guerras entre España y Flandes impulsaron la emigración de numerosas familias flamencas hacia las Islas Británicas. Con ellas penetró el canario en Inglaterra de forma masiva, para diversificarse poco a poco en las razas hoy conocidas como “inglesas”, notables por su belleza y fantasía.

Tres condiciones pudieron ser claves para facilitar la adaptación a la vida en cautividad: carecer de impulso migratorio, ser granívoras y tener una gran disposición a la cría, incluso privados de libertad. Con el paso de los años, los criadores comenzaron a experimentar diversos cruzamientos entre canarios y otras aves de especies próximas como el verdecillo (Serinus serinus). Fruto de estos cruces, en 1585 se obtuvo el primer éxito visible de esta selección genética con la obtención del primer canario completamente amarillo, sin restos de melanina en el plumaje. La fiebre por los colores del plumaje desató una auténtica competición entre los distintos criadores. Estos cruzamientos trajeron toda una gama de nuevos colores con la excepción del rojo.

Cardenalito de venezuela (Spinus cucullata)

A principios de la década de 1920, una época en la que el campo de la genética se estaba desarrollando rápidamente en EE. UU. y Gran Bretaña pero no en Alemania, el zoólogo alemán Hans Duncker llevó a cabo experimentos de reproducción a gran escala para establecer el patrón de herencia de los colores y otros rasgos en canarios. Entre el conjunto de investigaciones que realizó junto a su colega Karl Reich, cruzó canarios con ejemplares de la especie (Spinus cucullata), unos paseriformes nativos de Venezuela. Estos cruzamientos, al combinar genes de géneros distintos, dieron como fruto el primer animal genéticamente modificado de la historia pero no consiguieron producir plumajes rojos. Fue un ornitólogo americano, Charles Benett, quien descubrió más tarde que los genes responsables de la tonalidad roja sólo se expresaban si el ave incorporaba a su dieta una buena ración de pigmentos carotenoides. Se había salvado la última barrera en la carrera de los colores.

Canarios bruno y ágata rojo

En la actualidad, hay dos grandes grupos de razas de canarios según la coloración de su plumaje: los canarios lipocrómicos y los melánicos. Tanto la melanina como los diferentes lipocromos, son los pigmentos responsables del color de los canarios. Los colores básicos de los lipocromos son cuatro: amarillo, blanco dominante, blanco recesivo y rojo. En los melánicos, la presencia de melanina en la pigmentación del plumaje otorga los colores marrones, verdes, castaños y grises. El canaricultor sevillano Fernando Zamora tiene una excelente página web con una colección de fotos de razas de canarios muy completa.

Canarios timbrado español (izquierda) y roller (derecha)

Pero sin lugar a dudas, es el canto lo que ha llevado a estos pájaros a alcanzar una difusión mundial. El llamado grupo de “canarios de canto” es el conjunto de razas más apreciado por los canaricultores. Se diferencian entre sí por el tipo de gorjeos y trinos que emiten. Las razas más conocidas son el timbrado español, el roller, el malinois y el americano.

Además del color y el canto hay un tercer criterio de selección artificial que se fija en la morfología externa del pájaro y sobre todo en la postura que el ejemplar adopta al posarse sobre la percha de su jaula, al ser exhibido en un concurso. En este grupo encontramos varias clases según ciertas características de su plumaje (rizado, liso, moñudo, de diseño).  

Canario jiboso español (izquierda), rizado (centro) y gloster (derecha)

La cría selectiva es una herramienta poderosa que los seres humanos hemos usado durantes siglos. Carl Sagan escribió que "en el caso de los cangrejos Heike, la selección artificial era una práctica más o menos consciente de los pescadores, sin que los propios cangrejos tuvieran la mínima conciencia. Desde nuestra infancia nos rodean animales, frutos, verduras y árboles cultivados y domesticados. ¿De dónde proceden? ¿Vivían antes libremente en el mundo silvestre y se les indujo luego a seguir una forma de vida menos dura en el campo? No, la realidad es muy distinta. La mayoría de ellos los hicimos nosotros.”

Portada del libro Cosmos

José Antonio López Isarría