El 21 de mayo de 1822, en una finca cercana a la ciudad alemana de Klütz, una cigüeña fue abatida por un disparo de escopeta. Los cazadores descubrieron, con gran sorpresa, que el animal tenía una flecha de 80 cm de largo prendida en su cuello. Analizada con detalle, la flecha resultó ser de origen centroafricano. Algún nativo la intentó capturar en tierras africanas, donde la cigüeña tiene su residencia invernal, pero la flecha no consiguió matarla y quedó alojada en su cuello. Más tarde, lograría completar su viaje migratorio hacia el norte de Europa sin desprenderse de la molesta saeta. Este espécimen fue finalmente disecado y hoy se puede contemplar en la colección zoológica de la universidad de Rostock, en la costa norte de Alemania.
El idioma alemán dispone de
un vocablo (pfeilstorch) que hace
referencia precisamente a este tipo de incidencia, a ave migratoria que es atravesada
(aunque no muerta) por una flecha en su zona de invernada. Esta pfeilstorch fue crucial para entender la
migración de aves europeas. Se comprobó de forma
fehaciente que las aves realizan largos viajes regulares. Hoy en día
se conocen otros 25 casos más de pfeilstorch.
El fenómeno migratorio (ya
tratado en artículos anteriores) ha llamado la atención a los seres humanos
desde hace miles de años, aunque durante mucho tiempo no se entendiera como
tal. En el pasado, ya desde la civilización griega, la aparición y desaparición
de las aves según el paso de las estaciones fue interpretada como un fenómeno
enigmático ligado a estados de hibernación en unos casos o a transmutaciones en
otros.
Así, el filósofo Aristóteles, en su obra "Historia de los
animales", escribió que los efectos del frío provocan que algunas especies
se desplacen a regiones más cálidas, como las grullas, mientras
que otras entran en una especie de letargo y se refugian en agujeros para
hibernar, como las golondrinas. Para otras especies admitió la transmutación y
puso como ejemplo la que afectaba a los petirrojos (Erithacus rubecula) que en verano se convertían en colirrojos (Phoenicurus sp.).
H. C. Mortensen anillando un pájaro |
La evidencia científica de
la migración de aves dio sus primeros pasos con el trabajo experimental de Mortensen en 1890 con Estorninos Pintos
(Sturnus vulgaris). Hans Christian Cornelius Mortensen
(1856-1921) fue un maestro y ornitólogo danés. Se estima que anilló más de 6000
aves durante su vida. Fabricó sus anillas cortando láminas de aluminio y
estampando en ellas una dirección y un número individual. Tal como se aprecia en la fotografía superior, estas anillas eran colocadas en los tarsos de las aves de forma que no les causaran molestias futuras. Fue cofundador, junto
con Eiler Lehn Schiøler, de la
Sociedad de Ornitología de Dinamarca.
A la izquierda, antigua estación de anillamiento de Rossitten, hoy abandonada. A la derecha, trampa de captura de aves para anillamiento en 1939
A la izquierda, detalle de la captura de un bisbita con una red japonesa. A la derecha, algunos tipos de anillas usadas por el Centro de Migración de Aves en España
En España los primeros anillamientos comenzaron en 1929, promovidos por la Comisión del Anillado de las Aves, en el seno de la Sociedad Española de Historia Natural. La consolidación definitiva llegó con la creación del Centro de Migración de Aves en 1957, dependiente de la Sociedad Española de Ornitología (SEO). La oficina de anillamiento es actualmente gestionada por SEO/BirdLife desde el año 2013. Cuenta con una base de datos de más de 8 millones de anillamientos y medio millón de recuperaciones (capturas de aves con una anilla puesta).
Ornitólogos anillando un pollo de halcón (Falco peregrinus) |
Actualmente todas las
estaciones de anillamiento europeas están coordinadas por la European Union for Bird Ringing (EURING),
que agrupa a ornitólogos de 29 países. En Europa se anillan unos 4 millones de
aves cada año, de las que se recuperan unas 90.000. La proporción de aves anilladas que
son posteriormente recuperadas varía mucho entre especies, desde menos de un 1%
en pequeños paseriformes hasta más del 50% en el caso de la Cigüeña Blanca.
Cabecera de la web oficial de EURING (https://euring.org/) |
Los ornitólogos utilizan hoy anillas de una gran variedad de tamaños y materiales, en función de la longitud y
estructura de sus tarsos, así como del tipo de ambientes que frecuenten. También
pueden utilizarse anillas especiales para la identificación de aves a distancia, sin necesidad de capturarlas
de nuevo. Es el caso de las anillas de plástico con un código que puede ser
leído a distancia con ayuda de telescopios o telefotografía. Otras veces se colocan collares
plásticos (en anseriformes) o marcas alares (en ardeidas), con sus respectivos
códigos de letras y/o números.
Charranes marcados con anillas de aluminio y de plástico |
El anillamiento científico
de aves tiene varios Objetivos:
1.- Conocer las rutas
migratorias y las posibles áreas de cría, invernada y descanso de las aves.
2.- Estudiar la fenología migratoria, es decir, la relación
entre los factores climáticos y los ciclos migratorios de las aves.
3.- Estudiar la dispersión postnupcial, especialmente la
juvenil, es decir, el conjunto de desplazamientos de las aves que ocurre
después de la época reproductora.
4.- Conocer la longevidad (duración de la vida), la curva de supervivencia (representación
gráfica de los individuos de una población que llegan a una determinada edad) y
tasa de renovación (velocidad a la
que se renuevan las poblaciones aviares).
5.- Estudiar la morfología (estudio de la estructura de
un organismo y sus respectivas características), biometría (tecnología dedicada a medir y analizar datos biológicos)
y muda (proceso regular de
sustitución del plumaje).
6.- Estudiar las principales
causas de mortalidad en las aves.
No obstante ya dijimos en un anterior artículo dedicado a la migración que aproximadamente 2/3 de las aves migradoras se desplazan durante la noche, haciéndolo además a una altura tal que por lo general pasan desapercibidas para nosotros. Las primeras referencias sobre la migración nocturna de las aves se remontan al siglo XIX, cuando los astrónomos de la época observaban el disco lunar en las noches de plenilunio. Desde hace más de cuarenta años la Estación Ornitológica de Sempach (Suiza) trabaja con radares en el estudio de la migración con resultados muy interesantes que se tratarán en un futuro artículo.
No obstante ya dijimos en un anterior artículo dedicado a la migración que aproximadamente 2/3 de las aves migradoras se desplazan durante la noche, haciéndolo además a una altura tal que por lo general pasan desapercibidas para nosotros. Las primeras referencias sobre la migración nocturna de las aves se remontan al siglo XIX, cuando los astrónomos de la época observaban el disco lunar en las noches de plenilunio. Desde hace más de cuarenta años la Estación Ornitológica de Sempach (Suiza) trabaja con radares en el estudio de la migración con resultados muy interesantes que se tratarán en un futuro artículo.
José Antonio López Isarría