La palabra
"taxonomía" fue creada en 1813 por el botánico suizo Augustin Pyrame
de Candolle. Deriva de dos palabras griegas:
"taxis" (ordenación) y "nomos" (tratado). Así pues, la
Taxonomía debemos entenderla como la teoría y práctica de la clasificación de
los seres vivos. La práctica de esta disciplina de la Biología se remonta a
mediados del siglo XVIII cuando se incorporaron los conceptos de systema, para
referirse al ordenamiento de los seres vivos, y nomenclatura binominal, una forma de denominar a las diferentes especies de
organismos ideada por el botánico sueco
Carl Linnaeus del que ya hablamos en la entrada inicial de este blog.
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Clasificación de los seres vivos en cinco reinos (Whittaker) |
La Taxonomía comprende tanto la
identificación, nominación y descripción de especies (microtaxonomía), como la
clasificación de grupos taxonómicos mayores (macrotaxonomía). Un siglo después de publicarse la obra de Linneo llegó el descubrimiento y
divulgación de la Evolución Biológica (por Charles Darwin y Alfred
R. Wallace) y de los principios de la Genética (por Gregor Mendel),
leyes y teorías que coincidieron en el tiempo aunque se desarrollaron de modo
independiente. A mediados del pasado siglo fue cuando se establecieron las
normas y se confirmaron las relaciones de parentesco entre todos los organismos
vivos. Podemos llegar a la conclusión de que el único sistema posible de
ordenación, dentro de la Naturaleza, es aquel que se fundamenta en la Filogenia de
los seres vivos, es decir, en la forma como han ido apareciendo, por evolución,
unos a partir de otros.
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Filogenia de las aves a partir de dinosaurios terópodos |
El
término Filogenia (del griego filon, raza, y genea, generación) fue propuesto en 1866 por el gran biólogo alemán
Ernst Haeckel. Podemos considerar que filogenia
es la parte de la Biología que estudia la evolución de las especies de forma
global, en contraposición a la ontogenia,
que estudia la evolución del individuo. La filogenia estudia las relaciones
evolutivas entre los organismos y trata de establecer líneas, similares a los
árboles genealógicos, donde se refleje la descendencia y grado de parentesco
entre unos y otros grupos de seres vivos. Tales líneas se denominan
filogenéticas.
El
microbiólogo Carl Richard Woese, fue el pionero en el uso de los genes del ARN
ribosómico para estudiar la historia evolutiva de los seres vivos. Empleó estos
genes que están presentes en todos los organismos, que comparten la misma función, y cuya secuencia de nucleótidos cambia muy poco, lo que proporciona una visión de la evolución que abarca a
todos los seres vivos.
Woese
secuenció y comparó genes del ARN ribosómico de distintos seres vivos.
Cuanto mayor es la variación en la secuencia de genes de dos organismos, mayor
es su divergencia (distancia) evolutiva. Esta divergencia se puede representar en un árbol
filogenético que mide, en definitiva, diferencias evolutivas. Sus resultados
permitieron proponer tres líneas evolutivas, denominadas dominios, que constituyen el árbol filogenético de los seres vivos en la Tierra: Bacteria
y Archaea (que representan a organismos unicelulares procariotas, es decir sin verdadero núcleo), y Eukarya
(organismos uni o pluricelulares eucariotas, con núcleo verdadero).
Las
aves quedan encuadradas en el reino Animales del gran grupo de los Eukarya
(parte superior derecha del esquema)
Según
el Sistema de Clasificación de Linneo, todo
ser vivo queda incluido en un sistema jerárquico de, al menos, siete
taxones:
El
taxón más singular, menos inclusivo, es el correspondiente a la especie. Podemos
considerar dos formas generales de abordar el concepto de especie en Biología:
- Concepto
tipológico (Linneo): cada especie es
un tipo morfológico ideal del que los
individuos reales son manifestaciones más o menos imperfectas.
- Concepto
biológico (Mayr): cada especie es un
conjunto de poblaciones naturales interfértiles aunque aisladas
reproductivamente de otras poblaciones similares.
El criterio tipológico, basado en la morfología, fue abandonado pronto pues llevó a serios errores de clasificación. Veamos un ejemplo. Comparemos dos hembras de especies de anseriformes que muestran un gran parecido morfológico (tipológico), la cerceta carretona (abajo a la derecha) y la cerceta común (abajo a la izquierda).
Veamos ahora cómo son los machos de ambas especies:
Es evidente que son especies biológicas distintas. La Cerceta común (Anas crecca) y la Cerceta carretona (Anas querquedula). La primera es una anátida muy escasa en nuestro país durante la época reproductora aunque abundante en los meses de invernada. La segunda es reproductora habitual en las marismas del Guadalquivir y algunas zonas húmedas de las Costa Brava catalana.
La taxonomía actual sigue criterios muy amplios para clasificar especies. Podemos sintetizarlos en 5 categorías:
- Registro fósil. Mediante el uso de fósiles. Muy útil en la clasificación de formas precursoras de aves actuales.
- Morfología comparada. Se basa en la comparación de órganos de aves actuales, especialmente de los picos, las patas y ciertas partes del esqueleto (paladar, esternón, etc.).
- Etología comparada. Se comparan pautas de comportamiento ritualizadas, como las que exhiben las aves en el cortejo sexual o en la construcción de los nidos.
- Ecología comparada. Se basa en la comparación de rasgos relativos a las relación que establecen las aves entre sí y con su entorno. Se estudian aspectos como la depredación, la competencia, el parasistismo, etc.
- Métodos moleculares. Se basan en el estudio comparado de proteínas y ácidos nucleicos (ADN y ARN). Se usan técnicas modernas de secuenciación de nucleótidos y aminoácidos, y de hibridación de moléculas de ADN. Muy útiles para determinar series filogenéticas (como vimos con anterioridad) y para discriminar especies tipológicamente afines.
En la siguiente entrada abordaremos con más detalle la clasificación de la Aves
José Antonio López Isarría