05 abril 2017

La migración. 2ª parte

En 1949 el zoológo alemán Gustav Kramer  realizó una serie de experimentos con aves migradoras, en especial con Estorninos pintos (Sturnus vulgaris). Construyó una jaula cilíndrica con techo opaco dotada de una percha concéntrica al perímetro y la situó en el centro de una habitación poligonal, con ventanales por los que el ave podía ver el cielo.


Estornino pinto (Sturnus vulgaris)


Esquema de una jaula de Kramer, según el propio autor (1951)
(K) Techo opaco; (S) Espejos; (B) Pantallas

Las aves muestran un comportamiento ansioso, aun cuando están en cautividad, si reciben los estímulos ambientales relativos a uno de los periodos de migración. Esta inquietud migratoria ha sido denominada con el vocablo alemán zugunruhe. El encierro de animales en recintos especiales, por ejemplo en una jaula de Kramer, permite analizar el zugunruhe y estudiar los ciclos del síndrome migratorio. En las aves cautivas, esta inquietud se manifiesta  por una actividad extraordinaria de saltos y aleteos continuos. Kramer observo un rumbo preferente durante los períodos migratorios en dirección sudoeste en otoño y nordeste en primavera y dedujo que estas aves se orientaban por la posición del sol. Posteriormente colocó espejos (S) en las ventanas para desviar la luz del sol con un cierto ángulo, y observó que el ave corregía la dirección según la variación que tomaba el ángulo de los espejos. Kramer concluyó que el ave, para seguir el rumbo, precisaba conocer la posición del sol y la hora del día, ya que el sol cambia de posición a medida que avanza el día.

Cinco años después, Franz y Eleonore Sauer usaron una jaula de Kramer adaptada para estudiar el comportamiento de migrantes nocturnos en el Planetario de Bremen. El experimento consistió en encerrar durante la época de migración posnupcial a varios ejemplares de currucas (Silvia curruca, Sylvia borin, Sylvia atricapilla y Sylvia communis) en una bóveda de cristal, en la que mostraron distintos cielos artificiales. Dispuso sucesivamente el mapa estelar de Alemania, Checoslovaquia, Hungría, Rumania, Turquía y Chipre, instante en el que las currucas cambiaron el rumbo hacia el sur para seguir el Valle del Nilo. Incluso forzaron el experimento presentando a una nueva curruca el cielo del lago Balkhash (en Asia) antes que el de Chipre. La reacción de la curruca fue inmediata y corrigió el rumbo hacia el este, para tomar dirección sur tan pronto como volvió a visualizar la bóveda celeste de Chipre. Habían demostrado que los migrantes nocturnos se guían por la posición de las estrellas en sus vuelos posnupciales.




Numerosos estudios se han llevado a cabo desde los pioneros trabajos de Kramer y los Sauer. Hoy sabemos que las aves disponen de varios sistemas de orientación durante sus vuelos migratorios. Pueden resumirse en tres sistemas de navegación preferentes según viajen de día o de noche, y según sean las condiciones meteorológicas:
  • Brújula magnética (sensible al campo magnético)
  • Posición del sol, de la estrella polar y otras constelaciones.
  • Configuraciones de la luz polarizada en los puntos del amanecer y del atardecer.
En una entrada posterior abordaremos con detalle estos mecanismos de orientación en la navegación de las aves.

Tomado de Bird Talk Magazine

En sus viajes migratorios, las aves disponen de tres clases de navegación aérea, definidas como tipos I, II y III por Griffin (1965):

  • Tipo I: Viaje sin mapa y sin brújula. La orientación se basa en referencias geográficas conocidas. Es el caso, por ejemplo  de muchas aves europeas que siguen, en su viaje a África la dirección NE-SW de las costas atlánticas hasta alcanzar la península ibérica. Aquí tiene mucha importancia la experiencia; las aves adultas que han realizado muchas veces el recorrido van mejorando su destreza migratoria.
  • Tipo II: Viaje sin mapa pero con brújula. Para aquellos desplazamientos que siguen una dirección constante, independientemente de todo lo demás. Ha sido comprobado con estorninos y afecta sobre todo a jóvenes que se inician en la conducta migratoria.
  • Tipo III: Viaje con mapa y brújula. A pesar de disponer de un sentido de orientación innato, las aves adultas pueden modificar una dirección si por las razones que sea, geográficas, meteorológicas, etc, se complica la navegación por dichas zonas.

En un viaje migratorio es probable que las aves utilicen en uno u otro momento cada uno de los tres tipos de orientación. Quizá la mayor parte del viaje use el tipo II para mantener la dirección normativa; cambie al tipo I cuando se encuentre con determinados accidentes geográficos conocidos y pase al tipo III cuando desee corregir una ruta por el motivo que sea.


Tomado de la revista National Geographic

Respecto a la fisiología  de la migración, hay que decir que los investigadores coinciden en que esta conducta, como ocurre con otros fenómenos periódicos, obedece a una combinación de causas intrínsecas y extrínsecas. Un factor del medio externo actuaría como sincronizador, el fotoperíodo, que sensibilizaría a la hipófisis (en el hipotálamo del encéfalo). Las hormonas hipofisiarias regulan la manifestación del ciclo intrínseco, donde se encuadran los fenónenos periódicos estacionales relacionados con la migración: acumulación de grasa en las regiones interclavicular y abdominal, acomodación del sistema enzimático con vistas a una rápida utilización, aumento del hematocrito para optimizar el transporte de oxígeno e hipertrofia de los músculos de vuelo. 

De modo que antes de los vuelos migratorios, las aves:
  • Mudan el plumaje.
  • Aumentan la ingesta de comida (hiperfagia) y la producción de grasa (hiperlipogénesis).
  • Incrementan la formación  de depósitos grasos subcutáneos y viscerales.
  • Refuerzan su masa muscular pectoral.
  • El gran aumento en la masa corporal causado por los dos factores antes citados debe ser compensado con una reducción del contenido de agua y glucógeno, generando una pérdida de peso en otras zonas del cuerpo.

La motivación del impulso migratorio depende del estatus del ave, sedentario o migrador. Las aves sedentarias (no migradoras) dispondrían de un área de cría rica en recursos durante todo el año. En las migrantes de corto radio su área de cría tendría un período crítico (frío y de difícil acceso al alimento). En las migrantes de largo recorrido, los factores críticos serían  la comida y el fotoperíodo dado que su área de cría tendría una estación con pocas horas de luz/día.

Podemos concluir pues que las ventajas de la migración son:
  • En la otra residencia el alimento será más accesible y variado
  • Las jornadas diarias tendrán más horas de luz
Mientras que los inconvenientes de tan exigente viaje son:
  • El viaje es duro y peligroso
  • Al llegar a la residencia de invierno hay que competir con las aves residentes

El siguiente mapa muestra el esquema de las diferentes rutas de migración a escala planetaria:

Modificado de commons.wikimedia.org main international flyways of bird migration, Wikigraphists of the Graphic Lab

1.- Ruta de la vertiente pacífica de América.
2.- Ruta americana del Mississippi.
3.- Ruta de la vertiente atlántica de América.
4.- Ruta del Atlántico oriental.
5.- Ruta del Mar Negro/ Mediterráneo.
6.- Ruta de Asia occidental/África oriental.
7.- Ruta centroasiática.
8.- Ruta Asia oriental-Australasia
9.- Ruta del Pacífico occidental.

De forma más detallada, las principales rutas migratorias entre Eurasia y África, entre las que se encuadra la península ibérica, son:

-  En el mar Mediterráneo, el estrecho de Gibraltar y el canal de Sicilia (Italia-Túnez).
-  En el mar Rojo, la conexión entre Israel y Egipto (al norte) y el paso Yemen-Eritrea-Etiopía (al sur).

Tomado de http://wysinfo.com/Migratory_Birds/Migratory_Birds_Without_Boundaries.htm

      
José Antonio López Isarría