22 febrero 2017

El canto de las aves

Exceptuando al hombre, las aves son los animales más vocales tanto por la precisión de las modulaciones sonoras como por el control de las vocalizaciones. Su aparato fonador es único en diseño estructural y funcionalidad sonora.






El canto se presenta bajo dos formas: reclamo (= notas de llamada) y canto p.d. 
  • El reclamo presenta una estructura simple. Consiste en una o más explosiones de sonido, es emitido por ambos sexos y está adaptado a una función concreta: alarma, alimentación, control y orientación de bandos, etc.           
  • El canto es más complejo. Se basa en secuencias largas de tonalidad variable, es emitido por los ♂♂ durante la temporada de cría como reclamo sexual y señalizador territorial.   


Un ave es capaz de transmitir mucha información con los sonidos que emite:
· Durante la estación reproductora para proclamar los límites de su territorio.
· Puede indicar su especie, sexo e identidad individual.
· Puede desencadenar excitación sexual, curiosidad, alarma o temor en otra ave.
· Puede avisar a sus congéneres de la presencia de un depredador.
· Sirve como herramienta de intercomunicación en vuelos y reagrupamientos.

De las 10.000 sp de aves vivientes sólo la mitad cantan. Son las denominadas oscinas o aves canoras.

Patrones de canto           

a). Duración
Desde algunos segundos (2 ó 3) en los reclamos más cortos (escribano soteño, agateador) hasta varios minutos (alondra, ruiseñor). En la actualidad, gracias a los avances en software especializado es posible describir con detalle el canto de las aves mediante el empleo de sonogramas, que son herramientas gráficas que nos permiten describir y reproducir un sonido. Veamos, por ejemplo, el sonograma correspondiente al emberícido americano Melospiza melodía en el que se representa la división jerarquizada del canto en notas, sílabas y frases. Debajo se puede escuchar el canto de esta especie pulsando la tecla play.



Algunas aves presentan patrones de canto de gran variedad tonal y una extraordinaria intensidad y duración. Tal es el caso del Ruiseñor común (Luscinia megarhynchos) en Europa o el Zorzal maculado (Hylocichla mustelina) en América.


Pulsa la tecla play para escuchar el canto del Ruiseñor (1º) y el Zorzal maculado (2º)


b). Extensión del repertorio
En las especies de canto largo, se determina a partir del número medio de sílabas distintas (hasta varios centenares). Un mismo individuo posee varios tipos de canto que configuran su repertorio propio. Un pinzón tiene una media de 2-3 repertorios, aunque hay individuos con 6 y otros con uno solo. Pasada la edad de un año, los pinzones fijan sus repertorios para siempre. En cambio, los canarios pueden modificarlos cada año.


Pulsa la tecla play para escuchar el reclamo y el canto del Pinzón vulgar

Sonograma del pinzón vulgar (Fringilla coelebs)


El repertorio vocal de algunas aves puede ser casi ilimitado. Un buen ejemplo lo tenemos en el Ave-lira soberbia (Menura novaehollandiae), un paseriforme  que vive en bosques húmedos de Australia. Destaca por su capacidad de imitar casi cualquier sonido. El documental The Life of Birds (del conocido divulgador británico David Attenborough) incluyó una escena asombrosa en la que se muestra como imita el canto de otra especie vecina e incluso reproduce sonidos tan inapropiados en un ave como el disparo de una cámara de fotos, la alarma de un coche o el ruido de una motosierra. Veamos un fragmento del magnífico documental de la BBC:



c). Diversidad geográfica
Existen “dialectos” de canto en áreas geográficas locales. Estos dialectos son fenómenos discretos que afectan a sílabas o frases cortas. Han sido bien estudiados en trigueros y estorninos pintos. Son especialmente constatables en especies con distribución geográfica amplia. Diversos estudios inciden e la idea de que un ave es más proclive al apareamiento si reconoce un dialecto local en su socio sexual. Esto generaría una reproducción endogámica sostenida que podría facilitar una mejor adaptación a las condiciones ecológicas del entorno. Por otra parte, un macho que reconoce un canto de un vecino apacigua su agresividad territorial debido a que interpreta que los vecinos, al ser propietarios de un territorio propio, son menos peligrosos que un congénere exterior.   

d). Diversidad intraespecífica
Está comprobada por sonogramas y  cumple una función clara en el reconocimiento entre congéneres. Además, se ha comprobado una cierta correlación directa entre peso corporal y tono de canto, de forma que pesos ligeros emiten cantos más agudos. El fenómeno ha sido estudiado en currucas europeas. 


Además de los patrones de variación canora, se ha evidenciado que en todas las oscinas existen unas reglas precisas de construcción del canto que afectan esencialmente a la organización temporal de las sílabas, de las frases y de la secuencia del sonido. Todo parece indicar que el aprendizaje del canto está controlado por un programa genético.

El aprendizaje del canto

El desarrollo del canto requiere dos fases:
  • Fase 1ª: Los jóvenes memorizan modelos de canto durante los primeros meses de su vida (hasta su primer otoño). 
  • Fase 2ª: El ave ordena su repertorio imitando los modelos memorizados. En esta fase se forma una sintaxis de los sonidos y una adecuación del canto a un fin o motivo. Hasta este momento es imprescindible que el ave pueda oírse. A partir de este momento, una provocación de sordera no anularía la facultad del canto.


Sobre este esquema general de codificación genética, los ornitólogos admiten ciertas variaciones debidas a la influencia directa del canto de sus vecinos (“dialectos”) y a ciertas limitaciones impuestas por factores ecológicos. Respecto a este último factor, se sabe que especies próximas que habitan ecosistemas distintos (pluviselva y sabana) presentan marcadas diferencias en su tono, más grave en el medio denso (selva) y más agudo en el medio abierto (sabana). La tonalidad aguda aumentaría su alcance y mejoraría su función señalizadora. En estos casos, las leyes físicas de propagación del sonido modularían el programa genético.


El aparato fonador

El canto se produce por el aire expulsado por las vías respiratorias, que hace vibrar las membranas del órgano fonador = siringe. Este órgano se sitúa en la unión de los bronquios a la tráquea. La siringe modula los sonidos con una rapidez muy superior a la capacidad auditiva humana. Los seres humanos somos incapaces de analizar toda la complejidad del canto de las aves. Para que los sonidos sean percibidos como distintos se requieren intervalos de 1-2 milisegundos, una banda de frecuencia imposible de procesar por nuestro oído. En cambio, la gama de frecuencias audibles en un ave es más estrecha que la humana. El rango de frecuencia audible en el ser humano oscila entre 20 y 20.000 Hz. La mayoría de los cantos de las aves, en cambio, están en un rango de 2.000 a 7.000 Hz, con un óptimo entre 1.000 y 5.000 Hz. No existen evidencias de que las aves puedan oir frecuencias infrasónicas (< 50 Hz) ni ultrasónicas (> 20 000 Hz). Algunas aves, como los machos del grévol engolado (Bonasa umbellus), pueden generar sonidos de baja frecuencia (50 kHz), mientras que otras como el guácharo (Steatornis caripensis) emiten frecuencias altas, alrededor de 15.000 Hz, que les sirven para volar por el interior de cuevas oscuras y detectar presas por ecolocación.

   Para terminar esta entrada mencionaremos una página web denominada "xeno-canto" dedicada a compartir sonidos de aves de todo el mundo. Disponen de casi 350.000 grabaciones correspondientes a más de 10.000 subespecies. Es un proyecto colaborativo en el que se invita a todos los investigadores, aficionados o amantes de las aves a que suban sus grabaciones a esta interesante web. La dirección es : http://www.xeno-canto.org/  Enlace a Xeno-canto