Durante muchos años, la comunidad científica consideró que la biología y la física cuántica tenían poco que ver, una idea que hoy es vista como errónea. En realidad, la mecánica cuántica juega un papel importante en procesos biológicos variopintos como la fotosíntesis de las plantas, la producción de radicales libres en las células, la genética o la migración de las aves. De la interacción de ambas disciplinas científicas nació la biología cuántica, de la que hoy veremos dos ejemplos concretos relativos al mundo de las aves: la sensibilidad al campo magnético terrestre y el daño oxidativo que provoca el esfuerzo de la migración.
Dibujo de Corinna Langebrake e Ilia Solov`yov |