Se debate entre los antropólogos si los humanos primitivos eran cazadores activos o carroñeros que aprovechaban los cadáveres de animales abatidos por grandes depredadores. Aun en el caso de que la práctica carroñera fuera ocasional, es muy posible que ya entonces nuestros antepasados aprendieran a descifrar los movimientos de los buitres para localizar restos ocultos en el paisaje.