Las palabras que imitan el sonido de aquello que designan se llaman onomatopeyas y son muy usadas en ornitología para poner nombre a las aves. Así ocurre con la voz, el grito o el canto en los cucos, las carracas o las abubillas. También entran en juego otros criterios como el comportamiento (picapinos) o los hábitos de alimentación (abejaruco). En otros casos nos fijamos en el color (verdecillo), el diseño (petirrojo) o ciertas singularidades del cuerpo (piquituerto).
Abubilla (Upupa epops) |