Las aves poseen más neuronas por
unidad de masa cerebral que los mamíferos e incluso que los primates de su
mismo tamaño. Investigaciones recientes sugieren que las aves pueden fabricar y
usar herramientas, utilizar conocimientos para resolver problemas, hacer
inferencias acerca de las relaciones causa-efecto, reconocerse a sí mismas en
un espejo e incluso planificar las necesidades futuras o hacer gala de otras
habilidades cognitivas que antes se consideraban exclusivamente del dominio de
los primates.
Aparte de las capacidades cognitivas de las aves, mencionadas al principio del artículo, podemos considerar que gran parte de la conducta que observamos en estos animales es adaptativa. Existen dos formas por las que una determinada conducta se ajusta adecuadamente a su medio. El animal nace con un banco de respuestas correctas que lleva impresas en su genotipo y constituyen su conducta instintiva. Al igual que las características estructurales, esta conducta también evoluciona de forma más o menos gradual bajo el influjo de la selección natural. Pero también tiene capacidad para modificar su conducta innata a la luz de su experiencia, integrando aquellas respuestas que sean selectivamente favorables. Este proceso se conoce como aprendizaje. En general, el instinto supone una ventaja para los animales de vida muy corta y poca o ninguna atención parental (caso de muchos Artrópodos).
Los etólogos y premios Nobel Konrad Lorenz y Niko Tinbergen señalaron que la dependencia entre estímulos y respuestas instintivas sugería la existencia de un mecanismo neurosensorial capaz de filtrar las múltiples informaciones que reciben los órganos sensoriales, seleccionar e identificar los estímulos presentes en el entorno y liberar una respuesta correcta. Dicho mecanismo fue definido por Lorenz como Mecanismo Innato de Desencadenamiento. En las Aves, el comportamiento es ya instintivo desde las primeras etapas de su vida. Se ha comprobado que los embriones de codorniz pueden responder a las llamadas de picoteo que sus compañeros de nidada efectúan dentro del cascarón, de forma que tal comunicación interembrionaria haría posible la sincronización de la eclosión. El resto de comportamientos instintivos que exhiben las aves (pautas alimenticias, nidificación, cría, vuelo, migración) pueden mejorarse con el aprendizaje mediante la modificación de esquemas y la adquisición de nuevas habilidades.
Respecto a la capacidad de aprendizaje, los etólogos han definido cuatro tipos básicos:- Habituación: es el tipo más
simple, ya que no supone la adquisición de nuevas respuestas sino la pérdida de
otras más viejas. Ej.: pérdida del temor a una imagen humana concreta por
habituación de las aves a los espantapájaros.
- Condicionamiento clásico: es el
aprendizaje de respuestas condicionadas a estímulos que van asociados con
refuerzos positivos (premios) o negativos (castigos). Parten de las
investigaciones sobre reflejos condicionados del fisiólogo ruso Ivan Paulov y en las aves hay innumerables ejemplos, sobre todo de
reflejos condicionados de evitación es decir estímulos con refuerzo negativo,
como el rechazo que provoca la mera configuración cromática de ciertas orugas
por su mal sabor en la alimentación de muchas aves insectívoras.
- Ensayo-error: mediante este tipo
de aprendizaje, las aves jóvenes mejoran numerosas habilidades motoras,
incluida la más determinante, el vuelo.
- Imprinting (troquelado): definido por Lorenz como un tipo de aprendizaje único por el cual las crías de algunas aves (anseriformes, anátidas) establecen un nexo de dependencia con una figura materna. Este aprendizaje es irreversible, restringido a un breve período sensible inmediatamente posterior a la eclosión.
Muchas aves tienen capacidades cognitivas que igualan o superan a las de los mamíferos. Los córvidos y los loros parecen ser cognitivamente superiores a otras aves, rivalizando con los grandes simios en muchos dominios psicológicos. La neurocientífica brasileña Susana Herculano-Houzel, coautora del artículo citado antes, suele decir que "durante mucho tiempo se consideró que tener un cerebro de pájaro estaba muy lejos de ser un cumplido. Ahora resulta que deber ser eso precisamente".