Las especies bioindicadoras son aquellas que miden el nivel de conservación de un hábitat al ser muy sensibles a las alteraciones del medio en el que viven. Tienen una tolerancia reducida respecto a uno o más factores ambientales y aportan información relevante desde un punto de vista biológico. Un buen ejemplo es el mirlo acuático (Cinclus cinclus), un pájaro marrón con babero blanco y cola corta, cuya presencia nos revela la buena salud de nuestros ríos.